lunes, 15 de diciembre de 2008

El misterio de la Vida y de la Muerte.

Si el grano de trigo no muere, no hay germinación.

La vida se reproduce a partir del misterio de la transmutación de la materia, que, como dicen las leyes de la física, no muere, sólo se transforma. La energía es lo único que permanece.

Cuando una persona deja esta vida terrenal, se desprende de la materia y su espíritu se libera, para continuar con su desarrollo en un nivel superior.

A través de todos los tiempos y todas las culturas, esa transmutación ha generado múltiples interpretaciones, pero no importa la forma sino el fondo ha sido siempre el mismo: la certeza de que en este paso terrenal sólo se cumple una misión y que al término, el ciclo se repite.
Pasamos por el túnel del renacimiento, igual que llegamos a este mundo por otro túnel de vida, pero en un sitio diferente en una espiral dialéctica.
Un abrazo para mi amiga María Isabel Reyna Ibargüengoitia, que este fin de semana se ha separado de su querido padre, quien está ya en presencia del Poder Superior.
Se dejan quereres y recuerdos, que provocarán añoranza. Revivir los momentos de plenitud nos hacen gozarlos de nuevo, esa es la consigna.
En la seguridad de que él ahora se encuentra en la Plenitud, la Alegría y el Gozo por la liberación del Espíritu, no habrá tristeza, sino Fe y Esperanza.
María Angélica Aguirre Carreón