sábado, 10 de enero de 2009

Tiempo de vacas flacas.

Alejandro Dávila Flores.

El mismo día que Felipe Calderón anunciaba el Acuerdo Nacional a Favor de las Familias y el Empleo, la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos de América (EUA), divulgaba su pronóstico más reciente para el comportamiento de la economía del coloso del norte durante el 2009. Según la CBO, los EUA experimentarán una contracción del 2.2 por ciento este año. Si los adagios de esta dependencia del poder legislativo norteamericano se materializan, el producto interno bruto (PIB) de Coahuila podría sufrir una contracción superior al 3 por ciento, la caída más grave desde que se registran estas estadísticas y muy probablemente la de mayor magnitud desde la recesión de la tercera década de la pasada centuria.
También ese mismo día se dieron a conocer las cifras correspondientes al mes de diciembre del 2008 del padrón de afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Normalmente en esa fecha las empresas ajustan a la baja su plantilla laboral, pues en los meses previos se elevan los niveles de producción para hacer frente al aumento estacional en la demanda durante la época navideña. Sin embargo, la caída observada en esta ocasión desbordó ampliamente ese ajuste coyuntural, pues el organismo de seguridad social reportó un desplome de 22 mil 054 asegurados durante ese mes. Así pues, la crisis financiera ya está hincando férreamente su dentadura sobre los músculos de la economía real.
Varias de las medidas anticrisis anunciadas el miércoles pasado por el Presidente de la República, ya habían sido contempladas en el programa divulgado un mes atrás por el Gobernador de Coahuila. Debe pues reconocerse la velocidad de reacción ante una contingencia tan grave como la que estamos enfrentando.
En materia social, ambas propuestas están considerando el fortalecimiento del programa de becas, la preservación del empleo en empresas en paro técnico y la ampliación del periodo de gracia en la cobertura de la seguridad social del IMSS a los trabajadores desempleados de dos a seis meses.
Estas medidas son particularmente importantes en un país, como el nuestro, que carece de un sistema de seguro al desempleo. Esta ausencia es más grave cuando las familias nucleares son cada vez más pequeñas, pues en caso de desempleo es menos probable encontrar fuentes de sustento temporal en otros miembros de la familia, en tanto se atemperan las inclemencias del vendaval económico.
Adicionalmente, el Gobierno Federal anunció el fortalecimiento del Servicio Nacional de Empleo y la ampliación de 100 a 750 millones pesos en los recursos destinados al Fideicomiso para el Ahorro de Energía. Estos fondos se consagran al financiamiento para la compra de aparatos electrodomésticos más eficientes en el uso de la energía. El propósito es alcanzar, simultáneamente, dos efectos positivos: reducir las facturas de pago de electricidad y estimular la demanda de los productos manufacturados por esta industria. Esta última iniciativa fue bien recibida por Humberto Moreira, quién ofreció reforzar con recursos complementarios este programa en Coahuila.
En virtud de la fuerte presencia de la industria automotriz en nuestro estado, días después de anunciar el plan anticrisis del Gobierno de Coahuila, Humberto Moreira declaró a la prensa que se pediría al Gobierno Federal la deducción fiscal de las operaciones de compra de autos nuevos, la eliminación del Impuesto sobre Adquisición de Autos Nuevos (ISAN) y evitar la entrada de autos compactos de otros países –como Brasil- para proteger el mercado nacional. Si bien no se hicieron precisiones en este último caso, se infiere que se buscaría este objetivo a través de políticas de proteccionismo comercial.
En el anuncio hecho el miércoles por Felipe Calderón no se hizo mención específica a ninguna de estas propuestas. Vale la pena analizarlas con mayor detenimiento en una entrega próxima.

adavila_mx@yahoo.com.mx