miércoles, 9 de septiembre de 2009

Ahora o nunca

María Isabel Reyna


“Tenemos que cambiar a México. Ante la disyuntiva de administrar lo logrado y de seguir con el impulso propio de la inercia, o asumir cambios profundos en las instituciones de la vida nacional, claramente me inclino por un cambio sustancial de las mismas, con todos los riesgos y con todos los costos que ello implica.
“Es la hora de dejar atrás la percepción tan arraigada de que en México las cosas no sólo no suceden, sino que no pueden suceder. Es hora de dejar atrás nuestros miedos y ponernos seria y profundamente a discutir aquello que tiene que cambiar a fondo y de lo que cada quien puede y debe aportar para que los cambios sucedan. Por eso, hago un llamado enérgico a todos los mexicanos para despertar la enorme capacidad que tenemos de forjarnos un futuro mejor.
“Los mexicanos sabemos que las cosas no pueden seguir igual, y no van a seguir igual. No pienso en provocar, ni en convocar a la división del país. Por el contrario, convoco a la unidad para transformar a México en el país que queremos.
“Sí, sé que es muy difícil cambiar. Es tan difícil, que por eso México, en alguno de sus rubros esenciales, no ha podido cambiar en décadas. Hoy tenemos que hacerlo porque además ya no quedan otras alternativas, porque el tiempo y los recursos se nos agotan, porque las necesidades de la población son cada día más apremiantes. Hoy cambiar a fondo no sólo es la mejor, sino la única alternativa”.
Lo anterior es parte del mensaje del Presidente el día del Tercer Informe de Gobierno, que tuvo que darse una vez más a través de los medios de comunicación en lugar de ante el recinto oficial del Congreso de la Unión entre otros motivos porque no hay ni Congreso, ni Unión. No pretendo hacer un editorial oficialista. No cito estas palabras nada más porque las haya pronunciado nuestro máximo gobernante, sino porque siento en conciencia que es un llamado urgente a todos los ciudadanos. Nadie podemos dejar de hacer ya lo que esté en nuestras manos para mejorar. Y no el gobierno, sino nuestro país entero, nuestro planeta y, en primerísimo lugar, nuestra vida personal. El tiempo se agota, estamos rodeados de símbolos planetarios de que un cambio profundo se avecina y es urgente. Ya no podemos sentarnos a criticar, ni siquiera a pensar cómo le hacemos: es el momento de actuar, haciendo cada uno en la medida de sus posibilidades lo mejor para sí mismo en todos los niveles, desencadenando así un cambio global.
Es ahora o nunca. Y en este contexto, me complazco en presentar un nuevo medio de comunicación que aspira a que todo el que quiera decir algo, denunciar, proponer o informar lo haga libremente. La unión es la fuerza que hará que estos cambios sean posibles. Es ahora o nunca.
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