jueves, 2 de julio de 2009

¿Ya no escribes?

María Isabel Reyna
Con más frecuencia de lo que me hubiera imaginado nunca, recibo en mi correo electrónico un mensaje con esta pregunta ¿ya no escribes? Son algunos lectores amigos que de vez en cuando se asoman a este blog buscando algún artículo, extrañados por no haber recibido el anuncio semanal que arroja este sitio, de la aparición de un nuevo texto.
Si no fuera por Mario Dávila cuya mala suerte con los robos me tiene impactada, este pobre blog habría muerto tiempo ha de inanición. Aquí va una pequeña explicación a modo de disculpa con mis lectores fieles.
Aunque sigo leyendo los periódicos con más o menos constancia no me he dado tiempo para escribir porque estoy empezando una nueva actividad que me tiene por completo absorta. A principios de mayo Popo Arizpe me invitó a unirme al consejo editorial del Avemed. Su tarea era publicar un boletín (para quienes no viven en Saltillo pueden darse una idea de lo que es Avemed en www.avemed.org). Mi destino, pensé estará eternamente ligado a los consejos editoriales, sin embargo, en esta ocasión, he tenido la oportunidad de aprender muchísimas cosas muy interesantes. De inmediato, en la primera junta con la lluvia de ideas de todos los presentes, se definió la publicación bimestral de una revista que llevara más allá de sus muros, la información de las actividades del Avemed. Complementando la eficiente labor de quienes promueven los cursos a través de correos electrónicos, trípticos y posters, la función de la revista es dar una información más a profundidad de lo que se hace en Avemed: desde clases de yoga para todas las edades, meditaciones e impartición de cursos de muchísimos temas. De inmediato busqué el apoyo de Jorge Magallanes para lasa fotos, en este caso, la foto de la portada, y el ingenio de Fraga para recrear una tira cómica para la sección infantil. Las aventuras de Feng y Chuy han sido un éxito desde este primer número. Lucía Sánchez, compañera de mil batallas me ha brindado un importante apoyo en la redacción y sobre todo, en el ánimo de no dejarme vencer por las dificultades. Este proyecto es sólo el inicio de un gran trabajo dentro de la edición de diversas publicaciones.
El primer número de EL AVE vio la luz los primeros días de junio. Es una publicación de escasas 8 páginas, sin publicidad, con un tiraje de mil ejemplares que fueron distribuidos en algunos lugares seleccionados especialmente para hacerla accesible a quienes pudieran estar interesados en seguir una línea de crecimiento personal en todos los aspectos: físico, intelectual y espiritual. El aspecto económico fue totalmente solventado por Popo Arizpe, nuestro director editorial. Mi función es la de coordinar los esfuerzos de todos, dándole a la publicación una forma atractiva, cuidando el medio ambiente ya que se imprime totalmente en papel reciclado.
Las primeras lecciones fueron muy interesantes: desde empezar a visitar los diferentes lugares donde se imprimen publicaciones, pedir cotizaciones, comparar precios, dar con la diseñadora que captara la idea que queríamos difundir y posteriormente, distribuir la revista, entregándola en propia mano de amigos y potenciales clientes para los anuncios. Después vino lo bueno. A quién venderle publicidad fue una tarea fácil. Hicimos un directorio de negocios afines con el bienestar físico y emocional. Lo complicado vino después ¿cómo vender las páginas? ¿Qué planes de descuentos que resultaran atractivos para los clientes usar sin sacrificar los costos?: los anuncios deberían ser al mismo tiempo, atractivos en precio para los clientes y cubrir los gastos de elaboración de la revista. En este renglón fue invaluable la ayuda de Neli Zermeño ya que sin sus consejos basados en su amplia experiencia nunca hubiéramos podido dar este importante paso.
Ya estaban definidos los costos y la cartera de clientes. Ahora ¿quién se haría cargo de la promoción y venta? Me di cuenta de mi propio miedo a enfrentarme a esta tarea: nunca lo había hecho en mi vida, no tenía la menor experiencia, pero también era cierto que si no lo intentaba, que si no enfrentaba al miedo, nunca iba a poder delegar en alguien más esta tarea. Así es que, desde hace algunas semanas, estoy de lleno metida en la labor de ofrecer espacios publicitarios en la revista. Cada que veo a un cliente nuevo y le planteo el proyecto, me siento más segura de los que estamos haciendo: la primera convencida de las ventajas del proyecto soy yo misma, con el resultado de que a la fecha está vendido casi el 80% del espacio. Y aún faltan muchos, muchísimos clientes a quienes ir a visitar.
Estoy consciente de que apenas empezamos. La primera edición tiene innumerables detalles a mejorar, sobre todo en lo que se refiere a la forma: el contenido está muy bien, pero la calidad de la impresión deja mucho que desear. “es por el papel reciclado” me dice el editor. Sin embargo, estoy convencida de que se tiene que poder lograr calidad en papel reciclado, es un camino que apenas está empezando a ser recorrido y estoy segura de que cada día más personas escogerán papel reciclado para sus publicaciones. He conocido gente valiosísima, gracias a todos los que me han abierto la puerta y han puesto su confianza en este producto. Prometo dar siempre lo mejor de mí para lograr cada día un mejor producto.
En esto he estado ocupada en estos días. También les comparto el gusto de ver publicado mi artículo de Cuatro Ciénegas en una revista de circulación internacional. www.revistatravesias.com . Y por supuesto sigo colaborando esporádicamente en Buenhogar, otra revista internacional que me brindó la oportunidad de escribir algunos artículos. Prometo no alejarme tanto de este blog. Muchas gracias a quienes me siguen, a pesar de todo.