martes, 12 de octubre de 2010

EL TEJEDOR DE HISTORIAS

DAMOS LA BIENVENIDA DE REGRESO A NUESTRO GRAN AMIGO MARIO DÁVILA

El Tejedor de Historias

Mario Dávila Flores

Sin lugar a dudas, Mario Vargas Llosa es uno de los más fieles exponentes de esa maravillosa tradición ancestral de los creadores de mundos mágicos; me refiero a los narradores de historia, los “storytellers” como se dice en inglés. Nuestros antepasados, por las noches, alrededor del reconfortante calor de una fogata, iban tejiendo día con día esas historias y relatos, que fueron el origen de la literatura actual.
Durante mi infancia, por las noches, bajo el límpido cielo cuajado de estrellas de nuestro rancho en Navidad, Nuevo León, mi padre después de la cena, nos reunía para contarnos historias de aventuras; sentados en unos cómodos equipales—puestos de moda después bajo el populismo de Echeverría— escuchábamos sus relatos que hacían vibrar nuestra imaginación de niños. Aquellas gratificantes experiencias me han dejado un grato recuerdo en mi vida, habiendo influido tal vez, en mi gusto por contar historias y pequeños relatos.
Vargas Llosa con su fluida y bien elaborada prosa, ha recibido el Nobel de literatura ganado a pulso, luego de una larga y fecunda trayectoria en la que ha tenido como constantes el trabajo diario, sin pausas, sin treguas; esa obsesión positiva por arrastrar la pluma y soltar las ideas, construyendo con la materia prima de las palabras, los escenarios de una imaginación que nos permite acceder al mundo de las bellas artes, haciendo más llevadera, nuestra en ocasiones, gris existencia.
Este narrador incomparable, nos ha enseñado que además de crear formas literarias de singular belleza, siempre lo ha hecho defendiendo las causas de la libertad frente a los abusos del poder, bajo cualquier forma en que éste se manifieste, así como preservar y acrecentar el oficio de escribir. Como aficionado a las letras y como latinoamericano, recibí con gran alegría el reconocimiento que hace la Real Academia Sueca ha este gran escritor; lo siento como algo cercano, quizás tal vez, por que compartimos el mismo gusto por el arte de pulir las palabras hasta dejarlas brillantes como los diamantes; claro Vargas Llosa como maestro consumado, y yo como un modesto aprendiz.
Pero este premio, viéndolo en un contexto más general, se inscribe dentro de una tendencia que viene señalando una revigorización de América Latina, continente que siempre ha tenido la fortuna de contar con talentos artísticos de nivel mundial, pero ahora a esa constante, debemos agregar otros elementos que justifican un optimismo relativo. Entre los factores que nos permiten ver un mejor futuro se encuentran los de la economía y de la política.
En el primero de ellos, y luego de una larga historia de fracasos, nuestra región es hoy por hoy, junto con Asia, una de las de mejor desempeño en el mundo, habiendo logrado una notable corrección en sus políticas macroeconómicas, lo que se ha traducido en finanzas públicas equilibradas, las que a su vez implican haber reducido el terrible mal de la inflación, que como sabemos, es el peor impuesto que sufren tanto las empresas como la población, en especial los que menos tienen. En la terrible coyuntura de la Gran Recesión, nuestros países han salido bien librados, gracias en buena parte a la creciente demanda de China por materias primas y energía.
Sin embargo, esta situación no debe hacer que nos crucemos de brazos, pues adolecemos de graves rezagos en materia de productividad, educación e innovación, áreas en las que tenemos que hacer un verdadero esfuerzo para recuperar el tiempo perdido, empleando una figura literaria. Creo que el punto clave está en la educación, pues nuestros sistemas de enseñanza y aprendizaje se encuentran muy por debajo de los estándares internacionales, y donde hay mucho por hacer.
En el aspecto político dimos un gran paso hacia la modernidad, con la vigencia de la democracia en la mayor parte del continente, sin embargo, aquí también debemos seguir avanzando, al tiempo de fortalecer este sistema de gobierno, ante los embates de un puñado de dictadores como Hugo Chávez y Fidel Castro, pero también de aspirantes a serlo como lo muestran las conductas de Evo Morales, Rafael Correa, Daniel Ortega y Cristina Fernández, - esta última, expuesta hace días por Vargas Llosa como una consumada populista- cuyos gobiernos han venido erigiendo restricciones al ejercicio de la libertad de expresión.
Con la excepción de los priístas y algunos aspirantes a dictadores, que saben quien es Vargas Llosa, el resto de los mexicanos que conocemos a este gran escritor, nos congratulamos de la distinción que ahora de hace a su trayectoria de toda una vida, dedicada al arte de narrar historias.

Redondeo. Su majestad el pitcheo, ha venido brillando intensamente en los primeros encuentros de esta postemporada de beisbol en las Ligas Mayores.