miércoles, 29 de julio de 2009

POLVILLO DE VIEJOS LODOS

Mario Dávila Flores
El resultado fue un éxito rotundo lo mismo en el plano nacional que en el estatal, en este último, con mayor contundencia. La jornada, salvo por la molesta presencia del abstencionismo y del repunte del voto blanco fue ejemplar, desde luego con incidentes menores y aislados que no representaron mayor problema, por lo que se aceptó socialmente la victoria del PRI, la cual implicó a su vez, la debacle esperada del PRD y el retroceso del PAN.

Pese a la politización del IFE y al oneroso costo de los comicios, los resultados de las votaciones fueron aprobados por los mexicanos, confirmando por un lado, la validez de la tesis sobre la circularidad de la historia; los que estaban en el poder nunca se fueron, tan sólo lo prestaron un rato, que la gente en México le apuesta al centro, rechazando los extremos, y que la crisis económica se llevó entre las patas al Presidente Calderón y a su partido; aquel inofensivo “catarrito” se convirtió en una mortal pulmonía.

En medio de la euforia del triunfo contundente, pasaron desapercibidas prácticas que llegaron para quedarse, incluso cuando algunas de ellas ya las creíamos sepultadas en el cementerio de la historia. Relato a continuación aquellas de las que logré percatarme por diversas fuentes, sin embargo, muchas otras que sucedieron no están aquí reseñadas, por lo que esta relación de ninguna manera cubre el riquísimo abanico de las triquiñuelas de la política en su más baja expresión.

1.- Tiempo extra. Es del dominio público, y por lo tanto no estoy descubriendo el hilo negro, al decir que los burócratas estatales se vieron obligados a dedicar tiempo después de su jornada laboral a la realización de trabajos de apoyo para los candidatos del PRI, la negativa a emprender tales actividades tenía un costo muy alto que nadie optó por pagar. ¿Cuál fue el costo en horas hombre por este concepto? ¿Cuántos empleados públicos se volcaron a las calles los meses o semanas previas a las elecciones?

2.- Los Operadores de Lujo. También se recurrió al expediente, nada novedoso ni original, de movilizar a un reducido y selecto grupo de operadores políticos de “altos vuelos”; es decir, individuos expertos en el manejo electoral, dueños de un gran colmillo, y que pidieron licencia o permiso en sus respectivas dependencias para dedicarse de tiempo completo a la tarea de cosechar votos para el partido. Ignoro si dicha separación temporal de sus obligaciones se autorizó con, o sin goce de sueldo.

Aquí pudiera existir un subsector, representado por los maestros comisionados, los cuales empleando de manera productiva su tiempo y sus energías, hicieron aportaciones significativas a la causa, a la que al parecer su sumaron algunos de los asesores cubanos avecindados en la ciudad y tal vez en el resto del estado, tal vez como observadores, pues anduvieron acompañando a las brigadas promotoras del voto en algunas zonas populares.


3.- Los Focos ahorradores. En los barrios y las colonias, tampoco es un secreto que los vecinos fueron visitados para invitarlos a estampar su firma y así quedar incluidos en los programas mediante los cuales recibirían objetos como focos ahorradores de energía, materiales para la construcción, despensas, etc. Un requisito para hacerse acreedor a estos beneficios era entregar entre otros datos, una copia de la credencial de elector; una verdadera nimiedad, tomando en cuenta los satisfactores que habrían de recibir.

4.- La Campaña de los Videos. En algunas colonias residenciales, consideradas por los estrategas quizás como reductos de la derecha y la reacción, hubo candidatos que ni siquiera se presentaron a exponer su oferta política, habiendo recurrido en cambio a la tecnología, y así mediante el uso de videos, mostraron a los vecinos su trayectoria plena de entrega y sacrificio en beneficio de las causas más nobles. Se evidenció con claridad una nueva división del trabajo: hacer campaña casa por casa en las colonias populares; donde se concentra el mercado electoral, mientras que los barrios de clase media alta o alta, eran cubiertos con los videos.

Como mencioné en un principio, estas son tan sólo algunas de las prácticas de las que tuve conocimiento; insignificantes polvillos de aquellos lodos, que de ninguna manera opacan la gran victoria lograda, cierto con trabajo de por medio, pero también con recursos del presupuesto.

5.- La Otra Cosa. Hace días apareció en la prensa una noticia internacional, en la que se comparaba la figura del ex presidente Reagan con la del actual inquilino de la Casa Blanca, y luego de algunas consideraciones, la nota terminaba diciendo, que sin embargo Obama es otra cosa. O sea que la campaña publicitaria dirigida a Saltillo se aplica también en el mundo excitante de la política, incluso la local, pues luego de ver la fotografía de los ex Gobernadores –vivos nada más-con el actual, un slogan pudiera decir así: “Coahuila ha tenido buenos Gobernadores, pero el actual es otra cosa”. Tales son las bondades de la buena mercadotecnia.


Redondeo. Todavía no dan inicio los play offs, y a los “Saraperos” ya les comenzaron a temblar las piernas.