jueves, 30 de abril de 2009

Fraga en APALABRADOS

Tecnología y Educación

Mario Dávila Flores
Mi artículo anterior lo dediqué a resaltar el papel fundamental que ha cobrado la educación en la actualidad, señalando además, que los indicadores existentes revelan un gran rezago en la materia en México, incluyendo a Coahuila, motivo por el cual nuestros líderes políticos, sindicales, docentes, empresariales y padres de familia entre otros deben, primero, tomar conciencia de esta situación, para luego, estar en condiciones de enfrentar este reto.

Debido a la epidemia de influenza en México, entre otras medidas de emergencia, se han suspendido las actividades escolares en todos los estados de la república hasta el próximo seis de mayo, afectando a 33 millones de estudiantes, lo cual habrá de traducirse en millones de horas-clase perdidas, lo que representa una enorme afectación. Este hecho me permite externar lo siguiente.

Por desgracia la suspensión de clases es entre nosotros una práctica común, pues los maestros se van a la huelga por cualquier motivo, quedando las aulas vacías incluso por espacio de varios meses, y cuando los sindicalistas deciden regresar a los salones, anuncian planes de emergencia de muy dudosa eficacia para recuperar, según ellos, el tiempo perdido; al perecer nuestros mentores son fieles seguidores del famoso escritor francés Marcel Proust, por aquello de “En busca del tiempo perdido.”

Sin embargo, el menú de suspensiones es muy vasto, ya que además de los paros, nuestros sufridos docentes, con mucha frecuencia realizan asambleas o reuniones sindicales, y lo hacen en horas de trabajo, sin importarles el daño a sus alumnos. A propósito de esto, a principios del mes pasado, se difundió en la televisión nacional una fotografía muy reveladora del elevado nivel académico de nuestros profesores, pues un grupo de ellos, en una manta colocada a la entrada de la escuela, notificaba que “.. el dos de Marso…” se suspenderían las labores debido a que ellos tendrían una junta sindical.

En esta ocasión, el motivo de la inactividad es la contingencia de salud ya mencionada, sin embargo, lo que deseo enfatizar es que son muchos los días del calendario que se pierden, lo cual influye para que sigamos ocupando los últimos niveles de aprovechamiento en el mundo, pese a que destinamos ya el ocho por ciento del PIB a la educación; yo diría que así pudiésemos destinarle el 20 por ciento, la situación no habrá de mejorar mientras no se hagan los cambios requeridos.

Una forma en que se pudieran disminuir o evitar estas suspensiones académicas, es recurriendo a la tecnología actual, específicamente, mediante el uso del internt, y de las computadoras, diseñando previamente los contenidos programáticos, para que en casos de inasistencia física a las aulas, los estudiantes sigan recibiendo el servicio en línea, con lo cual no sufren una afectación en su aprovechamiento. Lo destacable en este aspecto, es que los medios tecnológicos ya están disponibles, siendo los obstáculos principales de carácter político, tales como resistencia de los sindicatos, incapacidad de las autoridades educativas para implementar estos programas alternos, y rechazo mental de algunos profesores a la tecnología digital.

Desde luego que me podrán criticar por plantear soluciones utópicas, ya que por principio, se estima que en México, sólo entre el 20 y el 25 por ciento de la población cuenta con acceso a internet, lo cual es cierto, pero precisamente por ello, el gobierno en sus tres niveles, deberá impulsar políticas públicas para avanzar en este rubro, destinado un mayor presupuesto para el desarrollo de la infraestructura digital, lo cual requiere también un cambio mental de parte de nuestros políticos, pues salvo algunas excepciones, la mayoría sigue pensando y actuando como si el mundo no estuviese inmerso en la era del conocimiento.

Lo anterior conduce a la necesidad de replantear la asignación presupuestal para incrementar las inversiones en conectividad digital y en la dotación de computadoras, pues ya están disponibles las de precios un poco superiores a los 100 dólares. Así por ejemplo, en lugar de gastar el dinero en libros de texto, cuyo contenido no alcanza a cubrirse en el periodo lectivo, cancelar las erogaciones por concepto de uniformes y depurar las nóminas, por ejemplo, se pudieran generar ahorros.

Estos últimos pudieran potenciarse estableciendo alianzas con fundaciones como las de Carlos Slim o Bill Gates, haciendo posible dotar de computadoras y tecnología a los estudiantes y a los centros escolares. Siempre las grandes tragedias, nos dejan grandes lecciones.


Redondeo. Nunca en toda su existencia los “Saraperos” habían jugado en estadios vacíos; ahora lo hacen ante la emergencia sanitaria.