jueves, 4 de noviembre de 2010

LA ECONOMÍA DEL MIEDO

Mario Dávila Flores
Saltillo era otra cosa; la violencia ejercida contra la población por parte tanto de los criminales, como de las policías locales, tienen a la gente sumida en la inseguridad, la desconfianza y el miedo. La matanza de civiles, debido a una terrible confusión por parte, supuestamente, de elementos de la Fiscalía General del Estado, ha sacudido las fibras más íntimas de la psique colectiva, la que ha quedado propensa a cualquier rumor, por descabellado que este sea.
Esta situación genera consecuencias de toda índole, desde los efectos en la integridad física y emocional de las personas, hasta los que afectan su patrimonio, las relaciones sociales, etc. Se trata de un fenómeno complejo sin duda alguna, por lo que en esta ocasión se verá la relación entre la inseguridad que estamos padeciendo, y las consecuencias económicas que se generan a partir de esta situación.
El miedo es un mal consejero para los negocios, ya que afecta su desarrollo de muchas formas. Un caso, es el de las personas que dueñas de activos como los bienes raíces, prefieren dejar de vender, ante el temor de sufrir un secuestro, pues los criminales tienen información al respecto. Asimismo, debido a los recientes robos de vehículos, en especial los de lujo y de modelo reciente, se pudiera frenar la venta de las unidades con estas características.
Bajo esta coyuntura, existen actividades afectadas, mientras que otras se ven beneficiadas, al menos potencialmente. Veamos unos ejemplos.
Posibles ganadores.
• Negocios de comida rápida con entrega a domicilio, como sería el caso de las pizzas, pollo, tortas, hamburguesas, etc. La gente no va ha dejar de consumir, pero modificará sus patrones como respuesta a la inseguridad.
• Todo lo relacionado con Internet también pudiera verse beneficiado, al buscar los clientes su información y cierto tipo de diversión en línea.
• Los negocios dedicados a la venta de blindaje de vehículos, localizadores GPS, venta de armas, sistemas de seguridad para domicilios y oficinas.
• La venta de medicamentos para los nervios, así como la demanda por servicios de psiquiatras, terapeutas y centros de masaje muscular, de meditación, y en general los dedicados al relajamiento emocional.

Posibles perdedores

• La sociedad, por la emigración a otras tierras tanto de profesionistas valiosos como de empresarios con capacidad para invertir y generar nuevos empleos.
• Los antros en general, así como algunos restaurantes que pudieran ver disminuida su clientela nocturna.
• Aquellos establecimientos sin importar su giro, que se encuentren ubicados sobre, o cerca de las nuevas vialidades, las que facilitan el escape de quienes comenten actos delictivos. Otra forma de afectación, es que los negocios con una buena localización, son blanco de los extorsionadores, por lo que algunos que no aceptan pagar la cuota de “protección” o cierran sus puertas o cambian su domicilio.
• Las salas de cine, las actividades teatrales, en especial en las funciones nocturnas.
• La venta de seguros, pues el precio de las pólizas se incrementa ante una mayor percepción de riesgo.

La lista de beneficiados y perjudicados no se agota con estos ejemplos, los que pudieran hacerse realidad, aunque en algunos casos por desgracia, esto ya está ocurriendo, y su incidencia será mayor de continuar en ascenso la violencia, cuyo saldo es sin embargo negativo. Ahora tenemos más obra pública, pero, hemos perdido algo más valioso: nuestra tranquilidad. Hace días algunos festejaron el Halloween, pero la pesadilla del miedo permanece entre nosotros.

Redondeo. La victoria de los “Gigantes” sobre los “Rangers” demuestra una vez más, que en el beisbol, el pitcheo domina al bateo.