miércoles, 28 de enero de 2009

LOS CANDADOS DEL DECRETO AUTOMOTRIZ

Mario Dávila Flores

En su edición del 24 de diciembre del año pasado, el Diario Oficial de la Federación publicó el decreto en el que se establecen las condiciones para la importación definitiva de vehículos usados, el cual entró en vigor a partir del primero de enero de este año. Dicho ordenamiento, aplica para el comercio de unidades usadas en los tres países signatarios del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

En virtud de los acuerdos del TLCAN se “establece que a partir del 1º de enero de 2009, México no podrá adoptar ni mantener una prohibición o restricción a la importación de vehículos originarios usados, provenientes de territorio de Estados Unidos o de Canadá que tengan diez años o más de antigüedad.” Debido a lo anterior, algunos especialistas y agrupaciones de comerciantes de autos usados, consideraron que el mercado nacional se vería invadido de unidades chatarra, procedentes del norte del continente,

Incluso, se dieron a conocer estudios en los que se estimaba un desplome de las ventas de autos “nacionales” en un 40 por ciento como resultado de este ordenamiento. Sin embargo, ha transcurrido gran parte del mes de enero, y hasta el momento no se han presentado evidencias de mayores importaciones de automotores, cuando era de esperarse lo contrario. ¿Qué estará sucediendo?, ¿Por qué razón no vemos la entrada masiva de estos autos?

A fin de contar con elementos de juicio, logré obtener una copia del decreto en cuestión, el cual contiene algunos elementos que nos permiten encontrar una respuesta a estas interrogantes. En efecto, como parte de los requisitos para que estos vehículos puedan ingresar legalmente al territorio nacional, se requiere una acreditación mediante la cual su propietario cuente con un certificado de origen del fabricante, incluso dicho documento, para contar con la validez oficial, deberá ser presentado ante la autoridad aduanera.

Y como dicen en mi pueblo, “pues aquí se congeló el cliente.” Pues quién de los loteros o propietarios, al comprar un vehículo en los Estados Unidos, tuvo la precaución de pedir tal certificado, mediante el cual se hace constar que General Motors, Ford o Chrysler fabricaron ese producto a partir de materiales, mano de obra y servicios originarios de ese país; es más, ni el cliente más exigente es factible que tenga dicho documento.

En otra parte del decreto, se establece la prohibición a la importación de unidades que hayan sido reportadas como robadas, o cuya circulación esté restringida o prohibida en función de sus características físicas o por cuestiones técnicas. Adicionalmente, y una vez cubiertos los requisitos ya señalados, el importador, ya sea persona física o moral, deberá cubrir un arancel sobre el valor del auto del 10 por ciento, más el 15 por ciento del IVA, ya que el bien importado será consumido en México.

Por lo anteriormente mencionado, no es de esperarse un desbordamiento en la compra de estos autos usados, lo cual no impide desde luego, que sigan ingresando estas unidades al País, como lo han venido haciendo desde hace tiempo, siendo este un asunto que cae en la órbita de la autoridad aduanal, por aquello del ingreso ilegal. Hay que señalar que hace días, comenzaron las manifestaciones de protestas contra este decreto, por parte de los “loteros” mexicanos en varias ciudades de la frontera norte, argumentando que dicha reglamentación ha encarecido sustancialmente el precio de las unidades importadas.

A propósito del TLCAN, hay que recordar que durante su campaña electoral, el ahora presidente Obama, prometió ante los obreros y sindicatos estadounidenses la renegociación del acuerdo comercial, situación que volvió a surgir a raíz de la visita del presidente Calderón a los Estados Unidos, si bien nuestro Mandatario aceptó la revisión del tratado, la restringió a los aspectos laborales y ambientales, aunque incluso en ellas debemos ser muy cuidadosos para que no se conviertan en barreras no arancelarias que nos vengan a perjudicar.


Redondeo. ¿“Para qué comprar buenas maletas? Sólo las usas cuando viajas.” Yogi Berra.