jueves, 19 de marzo de 2009

CUESTIÓN DE ACTITUD

Mario Dávila Flores

Creo que fue en su primera gira por Coahuila, cuando escuché la opinión de un reportero local, diciendo que le pareció insignificante la presencia y personalidad del Presidente Calderón; nada en comparación con algunos de sus antecesores; escasa personalidad, escudado bajo el brazo protector del ejército. Recuerdo que guardé silencio, me parecía prematuro hacer un juicio sobre un mandatario que recién iniciaba su gestión; había que esperar, además en mi actitud cautelosa pesaban dos imágenes sumamente gráficas.

La primera de ellas, tenía que ver con una fotografía a color y en primera plana del semanario “Proceso” en donde se presentaba al Ejecutivo con ropa militar, pero con una intención de burla e ironía, siendo el mensaje que le quedaba grande el atuendo. La segunda, con un poco de historia, se remonta al paso de Harry S. Truman por la Casa Blanca, después de la muerte de Franklin D. Roosevelt, en medio del fragor de la Segunda Guerra Mundial.

Todo mundo subestimó a ese Presidente, quizás por haber ocupado la silla del carismático gestor del “New Deal”, pero eso fue una grave equivocación, por que Truman, tomó decisiones de mucho valor y carácter, como el haber autorizado el lanzamiento de la bomba atómica sobre un Japón que no sabía cómo rendirse, y el haber despedido a un personaje que se consideraba intocable, cuando éste desafió su autoridad, me refiero al general Douglas Mac Arthur, héroe de la Gran Guerra. Sin embargo, el “little fellow” traía los pantalones muy bien puestos, sorprendiendo a sus más acérrimos detractores.


No digo que nuestro Presidente sea otro Truman, pero si pienso que muchos políticos, comenzando por López Obrador, periodistas y muchos más, han hecho una lectura equivocada sobre el actual inquilino de los Pinos; cuidado por que las apariencias engañan, y pudría resultar contraproducente minimizar la figura del actual Jefe de las Instituciones del país, quien se encuentra luchando a brazo partido contra dos poderosos enemigos; las crisis gemelas de la inseguridad y la económica.

Creo que la segunda de ellas pasará como las anteriores, sin que por ello Calderón se haya cruzado de brazos, por el contrario, ha dado muestras de liderazgo en este frente en todo momento, sin desconocer las arenas movedizas en que se mueve la administración pública y el ritmo lento en el manejo del presupuesto. Recientemente dio a conocer un programa de acciones de vivienda, que bien manejado es un excelente medio para estimular la economía, ya que se espera crear 2.5 millones de empleos temporales.

El asunto de la inseguridad es otra cosa, resulta más delicado y difícil de erradicar, pero hasta ahora, ningún Presidente había tomado el toro por los cuernos, quizás ya no tenía para dónde hacerse, pero el hecho es que el pintó su raya, emprendiendo una cruzada sin retorno, arriesgando su vida y la de su familia, pero también la de muchos mexicanos leales, tanto en el ejército como en las diferentes corporaciones de seguridad.

La lucha ha sido muy costosa en vidas humanas, que es lo que cuenta, y en un principio parecía que la debilidad presidencial daría al traste con el esfuerzo, pero de un tiempo para acá, hay indicios, de que Calderón ha pasado el punto crítico, y sin poder cantar victoria todavía, se vislumbra un cambio de tendencia, en el sentido de que se ha superado la fase crítica, habiendo indicios de que la estrategia emprendida empieza a dar resultados, como lo son el aumento en el precio de la droga en los Estados Unidos, y –pese a declaraciones desafortunadas—el respaldo más abierto de ese gobierno al nuestro en el combate al crimen organizado, como lo demuestra el anuncio de la próxima visita a México de la Secretaria de Estado Hillary Clinton.

Pese a lo anterior, falta mucho camino por recorrer, y para ello sugiero un solución poco ortodoxa, viable técnicamente, pero no así desde el ámbito político. Mi propuesta es muy simple: consiste en contratar por un tiempo, digamos dos o tres años, los servicios del Mossad, que es el Instituto de Inteligencia y de Operaciones Especiales del gobierno de Israel, tal vez el más eficiente del mundo. .

Una vez cumplido el primer objetivo; la destrucción de la estructura criminal, daría inicio una segunda fase, en la cual el Mossad daría capacitación y asesoría a nuestras policías para mejorar su eficiencia anti crimen, y después, hacer las maletas y regresar a Israel. Al parecer algunos empresarios de Monterrey ya cuentan con servicios privados de seguridad de ese país. Estoy consciente que mi propuesta será criticada y denostada; habrá desgarre de vestiduras, baños de nacionalismo a ultranza, y manifestaciones de fe en la soberanía nacional, pero no pasará de eso, en consecuencia, la lucha tardará más tiempo, y habrá más sangre derramada.


Redondeo. El saldo fue negativo para el equipo mexicano en el Segundo Clásico Mundial; igual que en la economía, Asia se perfila como la gran potencia.