jueves, 29 de enero de 2009

Adicciones y secuelas


Carlos Manuel Valdés

La asunción de Obama replantea asuntos que ya se tenían por olvidados debido al desentendimiento del asunto por el presidente Bush. Uno de los problemas que más ha golpeado a México es el del narcotráfico, mismo que tiene muchas aristas o aspectos. Es evidente que la adicción de los norteamericanos a drogagarse es algo natural en esa sociedad desde hace ya al menos medio siglo. Nadie ignora que en Vietnam se proporcionaba droga a los soldados para mantenerlos en actitudes blicosas, siempre eufóricos y reacios a la culpabilidad. Hay señales de ex trabajadores de la CIA que dicen sin ambages que en los años sesenta el gobierno acordó iniciar en la adicción a mucha gente temiendo la concientización de las masas estudiantiles en torno a la guerra, la discriminación y la revolución sexual. Uno de los productos de esa política fue la aparición de los hippyes, la otra la adopción de religiones orientales. Estos fenómenos desviaron a la juventud americana de opciones más radicales, que ya se venían planteando en distintas universidades, como Kent, Berkeley y San Francisco. En efecto, el fantasma del comunismo seguía asustando al gobierno del país vecino.
Su adicción a las drogas, por tanto, les llegó como invitación desde arriba. Por lo mismo, fue el gobierno el que surtió de drogas a los jóvenes y a los soldados. En Vietnam se entregaban drogas duras, desde heroina, LSD y morfina (sobre todo a los heridos), en California se aseguraba la droga simple, como la marihuana aunque inició el comercio de la cocaína.
Fabricar adictos y mantenerlos ahí ha costado a los americanos una enorme cantidad de recursos, sobre todo si se recuerda que el inicio del SIDA se da, antes que entre los homosexuales, entre los drogadictos. No se sabe muy bien si el gran filósofo Michel Foucault se contaminó por acto sexual o, con más certeza, por jeringa contaminada (su amante de muchos años, Daniel Denfert, vive aún; Foucault adquirió el SIDA en California). Pero la intervención armada en otras áreas del mundo, Irak y Afganistán, crearon más adictos. Jóvenes que no tenían tal costumbre, ingresaron allá en el mundo de la dependencia.
Los EUA han mantenido su mercado siempre con mercancías. Por ello Colombia, Afganistán, Marruecos, México, etcétera, han podido desarrollar una inmensa planta productiva. Habiendo quién compre habrá quién produzca y quien venda. De ahí que los EUA mantengan a su sociedad y sus propias manos limpias y ensucien a inumerables países productores de droga.
Colombia puso la droga y los muertos durante unos veinte años. Ahora el turno es de México. Tuvimos cinco mil muertos el año pasado. Me pregunto cuántos americanos murieron violentamente por ese motivo. Espero que Obama no se haga el desentendido y ayude realmente a su país y al nuestro. El cinismo de los americanos es ya excesivo.

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