jueves, 12 de febrero de 2009

¿En quién confiar?

Ma. Isabel Reyna

Según Ciro Gómez Leyva quien lleva en Milenio un conteo del número de muertos por el crimen, el pasado martes fue el día más violento de la historia de México, con 56 ejecuciones. En lo que va del año suman ya 724. A este paso muy pronto se verá rebasada la cifra del año pasado. Las constantes notas publicadas dando a conocer casos escandalosos de corrupción aunadas a los constantes cambios en las policías me hacen cada día más difícil ubicar a los funcionarios que se supone que están a cargo de cuidar nuestra integridad. O dicho en otras palabras, cada día es más difícil encontrar en quién confiar.
Mi instinto de conservación me orilla a buscar en los periódicos otras noticias menos dramáticas. Y acabo de encontrar una que de entrada me arrancó una sonrisa
“Detienen y desnudan a monjas en Guanajuato” decía el encabezado que me hizo recordar algunas novelas del escritor guanajuatense Jorge Ibargüengoitia quien fue muy criticado por tratar con cierto tinte humorista hechos crueles y hasta criminales, que tomaba de lo publicado en los periódicos.
El pasado sábado apareció la noticia de que en a meritita cuna de la Independencia de México, el pueblo de Dolores Hidalgo, Guanajuato, varios policías detuvieron y desnudaron a dos monjas. Las dos mujeres, que se identificaron como religiosas de la Congregación de la Inmaculada Concepción de María, provenían de Morelia, y tal como lo hacían al menos dos veces al año fuera de su ciudad, pedían dinero en las calles para ayudar a su convento. De la nota se deduce que lo habían estado haciendo varios días, pero de pronto, fueron rodeadas por “al menos cuatro policías” quienes las llevaron a los separos de la cárcel municipal donde las obligaron a quitarse los hábitos y la ropa interior “para comprobar que eran mujeres”.
Tras pagar 400 pesos cada una, fueron llevadas a la central de autobuses donde las obligaron a comprar sus boletos de regreso, no sin amenazarlas con que serían obligadas a viajar “solo en ropa interior”. Tolo lo anterior, indignó a las piadosas hermanas quienes, acompañadas por el sacerdote Faustino Pérez Cortés, levantaron una denuncia por abuso de autoridad. Confieso que tan sólo de imaginarme la escena me dio risa. Hasta aquí podría ser el inicio de una novela en la que los malos fueran los agentes municipales quienes dejándose llevar por sus bajos instintos, ultrajaron, o por lo menos ofendieron a las piadosas religiosas. Pero, al seguir la noticia, el argumento de mi incipiente novela se vino abajo.
Al iniciarse el proceso penal, se supo que efectivamente las religiosas habían sido señaladas como sospechosas de dos robos por comerciantes de la zona donde se encontraban pidiendo limosna. Además, quienes las desnudaron para comprobar que eran mujeres, no fueron los libidinosos agentes, sino que encargaron la tarea a “policías femeniles”.
Pero los cargos contra las hermanitas de la caridad no pararon ahí. Ahora también las señala la Iglesia Católica, ya que el El Obispo de Celaya las señaló a como “farsantes, ladronas y sinvergüenzas que se disfrazan de monjas católicas”. Según informó la Diócesis de Morelia, las religiosas pertenecen a un grupo sectario tradicionalista que no pertenece ala Iglesia Católica, sino a la secta de Monseñor Marcel Lefevre que no es reconocido por el Papa. Lo dicho, ya no se puede confiar en nadie.

2 comentarios:

  1. Guanajuato es una ciudad colonial con una hermosa arquitectura de hace 4 siglos, lo malo es que la mentalidad panista que la gobierna ahora sigue siendo como en aquellos años de la Colonia. Primero prohíben los besos, ahora desnudan a la gente para ver si son hombres o son mujeres, ¿no es demasiada moralina? A mí no me da risa, me parece indignante. ¿y la tan cacareada equidad de género?

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  2. Ni en mi sombra, que con los años se proyecta mas solidamente. Las policiás que hacen esos trabajos generalmente son lesbis, que dan moche para que les asignen el jalecito. Y de cuando acá esta penado botear???
    Cómo de que prohiben los besos?
    Si acabamos de romper el record guiness en el zócalo!, vaya esa sí que es noticia.

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