miércoles, 11 de febrero de 2009

La crisis

Carlos Manuel Valdés
La idea de la crisis ha derivado hacia sus aspectos económicos aunque necesariamente irá tocando los sociales casi por necesidad o porque es hacia donde apunta. El perjuicio de una crisis del tamaño de la que estamos enfrentando es enorme si tomamos en cuenta que mucha gente inocente va a perder su trabajo y sufrirá en su única vida debido a que alguien (muchos) no hizo bien aquello que se le había encargado. Vemos, por ejemplo, que los ejecutivos de la General Motors no se han preocupado ni demasiado ni poco por lo que les sucede. De cualquier manera están a salvo: pudimos comprobarlo cuando el presidente Bush les entregó una cantidad enorme de recursos y ellos compraron aviones particulares y repartieron bonos entre los directivos. Es decir, ni en cuenta tuvieron que se trataba de algo excepcional y que la idea no era que se salvaran sino salvar a la empresa. En cambio, en Honda y Toyota, sin que estas fábricas recibiesen dinero del gobierno, los ejecutivos motu proprio se bajaron el sueldo un 10%. ¿Verdad que los gringos merecerían tronar? Lástima que su fracaso perjudicaría enormemente a millones de mexicanos y, en especial, a miles de familias de Coahuila.
Entonces, estamos frente a algo inédito. Crisis económica más crisis social nos da crisis de la familia, de la cultura, de las religiones, en fin, de la persona. Todo lo cual quizá sea el resumen de lo que sería en sí la CRISIS (así, con mayúsculas). Vemos que a nuestro alrededor muchas instituciones están haciendo agua. Una de las más evidentes es el sindicalismo en su versión mexicana. Es, sin dudas, ésta, una de las muestras más tristes del ritual de corrupción de nuestra Patria. Véase a la señora Elba Esther Gordillo, estudie usted lo grotesco de Napoléon Gómez Urrutia, revise a uno de los más seriecitos, el líder telefonista que inició el movimiento pro democratización y derrotó al dirigente anterior exigiendo voto libre y secreto. Esto fue hace 30 años y Francisco Hernández Juárez aún está sobre el sindicato. ¡Qué curiosa forma de presentarnos a esa clase obrera que para Marx era la clase "revolucionaria en sí"!
La idea es que la crisis es más profunda de lo que pensamos. Y es crisis social más que económica. ¿Qué piensa usted de los partidos? y ¿qué me dice de los diputados y senadores? Analizemos un dato: se tomó la decisión de que nadie debía ganar más que el Presidente de la República. ¿Nadie? Los Ministros de Justicia ganan tres veces más que él. Los senadores ganan los mismo, el presidente del IFE gana más y sus corifeos ganan igual. ¿Por qué será? Porque no hay ética, porque no hay valores, porque no hay honestidad. La corrupción es el azote que nos dejaron los españoles pero que perfeccionamos les mexicanos. Esa es crisis.
Creo que saldremos de la crisis simplemente porque acabaremos con el país o porque provocarmos que haya, tarde o temprano un golpe militar para que un dictador ponga freno a los abusos. Y claro, él acabará también, como de paso, con las libertades. Es evidente que esta visión catastrofista (ya nos dio el ejemplo Carlos Slim) no es la que comparto. Creo que aún hay posibilidades de que al menos en pequeño inauguremos un estilo y una forma alternativa de comportarnos, una sociedad diferente chiquita. ¿Qué piensan?

1 comentario:

  1. Querido Carlos:
    Cómo no compartir tus inquietudes y cuestionamientos?
    Creo que tienes razón especialmente en esto de no darse por vencido y de buscar alternativas "en pequeño".
    Creo que necesitamos más sociedad, más ciudadanos, más personas deseosas de hacerse y de ser responsables. En paralelo necesitamos menos gobierno, menos partidos políticos, menos sindicatos al estilo del STPRM, el SME y el de Elva Esther.
    Pero para eso necesitamos crecer como personas, como ciudadanos, como vecinos, como trabajadores, como papás, etc.
    Para eso necesitamos tomar en nuestras manos cada cacho de existencia que podamos, y luchar por que ese cacho sea cada día mayor y más trascendente.
    Ya estuvo suave de quejarnos de todo lo mal que está todo. Es hora de hacer todo lo que tengamos al alcance de la mano, y entre ello y de gran importancia, es hora de informarse.
    Un abrazo
    José Luis García Valero

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