miércoles, 3 de junio de 2009

PASANDO AL PIZARRÓN Y FESTEJO ENSOMBRECIDO

Mario Dávila Flores

A Formarse. El “hombrecillo” subestimado y menospreciado por todos, con el paso de los años, y con una fe inquebrantable en su proyecto de lucha contra las mafias nacionales, ha comenzado a pasar al pizarrón a la hasta ahora intocable casta política mexicana, iniciando-el buen juez por su casa empieza-con la limpia en Morelos, un estado panista, para continuar haciendo chuza en Michoacán, siguiendo en Nuevo León--aguas—en una nueva fase de esta cruzada nacional, encaminada a restituir a los mexicanos la seguridad que dejamos ir durante años de indolencia.

Sin embargo, esta nueva etapa es mucho más riesgosa para el Presidente, pues está afectando la zona de confort de la casta política mexicana, en acciones inéditas que nadie antes había osado emprender, peros como dice el dicho:”a grandes malos, grandes remedios.” Lo anterior no invalida desde luego, los reclamos de los políticos, entre los que se incluyen—por ahora—Leonel Godoy, ese pobre damnificado de la política, que mejor haría en mantener la boca cerrada, pues se está llevando al garete lo poco que queda del PRD.

Otros miembros de esta clase privilegiada, que han mostrado su inconformidad públicamente ante las acciones presidenciales lo han sido Marcelo Ebrard y Natividad González Parás, aunque es de suponerse que muchos más, desde el anonimato satanizan estos operativos, que apenas están arañando la costra del cáncer que corroe las oficinas públicas y las corporaciones supuestamente encargadas de cuidar nuestra integridad física y patrimonial.

El paso dado por el Presidente Calderón no tiene vuelta atrás, para su fortuna cuenta con la aprobación de la mayoría de los ciudadanos, quienes cada vez se convencen de que el proceder el Ejecutivo va en serio, con los gravísimos riesgos para el habitante de los Pinos y su familia, pues de ninguna manera se debe minimizar la reacción de los intereses afectados de una clase acostumbrada a la impunidad y a no rendirle cuentas a nadie.

Parece que el mensaje ya se captó, y entre los políticos se deja entrever preocupación, mostrando al fin, un mínimo respeto al Presidente de la República, a quien han venido subestimando durante estos años, y al que fuera de discursos y poses declarativas carentes de sustancia, han dejado solo en esta lucha. Aquel profesor humillado y marginado, parece fortalecerse, y ha comenzado a pasar a sus alumnos al pizarrón.



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¿Qué celebrar? La ejecución del periodista Eliseo Barrón la semana pasada en la Laguna, por el hecho en sí, y en la forma en que fue cometido, proyecta una sombra ominosa sobre Coahuila en las vísperas de la celebración de un aniversario más de la libertad de expresión, pues nos remite a una situación propia de los estados totalitarios, o de aquellos azotados por los conflictos bélicos.

Ante este brutal y preocupante hecho, no puedo imaginar qué se va a celebrar en esta fecha en la que el gobierno como cada año, hace profesión de respeto de las libertades de los comunicadores, la diferencia es que ahora esas posturas ante la gravedad de este hecho recién acontecido, pierden dramáticamente su efectividad, para convertirse en declaraciones sin sustento; en un simple ritual sin contenido.

Frente a este asesinato, hemos retrocedido como sociedad, al acercarnos a lo que viene sucediendo en Irak, Afganistán y otros sitios en los que la vida de los periodistas no vale nada, pero además, toda la obra material de un gobierno palidece ante hechos como estos, pues ¿qué sentido tienen los puentes levantados, las calles pavimentadas, las colonias dotadas de electricidad y las plazas remozadas? si no somos capaces de ofrecer las mínimas garantías para el ejercicio del trabajo de los comunicadores, independientemente de las buenas intenciones que las autoridades pudieran tener. No sólo de puentes vive el hombre; si no que también de la justicia, aunque parezca romántica y fuera de tiempo.

El crimen del periodista Eliseo Barrón, debe ser investigado y aclarado, pero también los colegas de este comunicador masacrado--que se han mostrado muy parcos-- deben hacer sentir su indignación, exigiendo a las autoridades responsables que se haga justicia. Por desgracia en Coahuila, el ejercicio del periodismo se ha vuelto una profesión de muy alto riesgo. En este ambiente, la pregunta es: ¿hay algo que celebrar el próximo siete de junio?

Pese a las adversidades, necesitamos de este servicio fundamental, que cuando se ejerce de manera profesional, constituye un elemento básico para la vida democrática de cualquier sociedad. Por fortuna ante el clima de violencia imperante, aún existen profesionales de la comunicación que no sucumben ante los encantos del poder, ni comprometen su dignidad a cambio de un plato de lentejas.

Redondeo. “Quienquiera que desee conocer el corazón de los Estados Unidos, debe aprender el beisbol”. Jaques Barzun, profesor de filosofía.

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