lunes, 6 de diciembre de 2010

LOS AÑOS DORADOS

Mario Dávila Flores
La semana pasada los titulares del SATEC y de la Tesorería General del Estado, dieron a conocer ante los diputados locales-- salvo honrosas excepciones, hay que referirnos a ellos con letras pequeñas-- el monto del presupuesto estatal para el 2011, el cual será de 31,165 millones de pesos. Con el ejercicio del ya próximo año, habrá de concluir el ciclo presupuestal de la administración que todavía encabeza el profesor Humberto Moreira, y se puede hacer un primer balance en relación a los recursos con los que implementó su quehacer gubernamental.
En el año 2006 al inicio de su gestión, esta administración manejó recursos financieros por 18,622 millones de pesos, y para 2011 dispondrá de un monto por 31,165 millones de pesos, un incremento del 67 por ciento. Si sumamos los presupuestos para el periodo 2006-2011 el acumulado asciende a la cantidad de 167,688 millones de pesos. ¿Es esto mucho o poco? ¿Cómo contar con una referencia para poder opinar al respecto? De entrada se puede decir, que el gobernador Moreira dispuso de mayores recursos que sus antecesores por un amplio margen.
Otro aspecto que se puede analizar, es la relación entre la evolución del presupuesto en comparación con la inflación para esos mismos años, y las cifras indican que mientras los recursos presupuestales crecieron a una tasa anual promedio del 11.2 por ciento, la inflación lo hizo al 4.4 por ciento, lo que significa que se registró un crecimiento en términos reales. Esto se explica en parte, por la derrama del excedente petrolero en algunos años, y por los cambios en la asignación del presupuesto federal, donde los gobernadores han ido ganando terreno al aumentar su poder de cabildeo.
Un indicador que me pareció de interés, fue el del presupuesto per cápita, obtenido este mediante una estimación, ahora que se dieron a conocer los resultados del último censo de población, y las cifras señalan que mientras que en 2005, a cada coahuilense le correspondió en promedio la cantidad de 6,800 pesos anuales, para el 2011 se incrementará a 11,000 mil pesos, un avance del 62 por ciento, lo que no está nada mal.
Los datos anteriores respaldan la idea de que estos seis años fueron muy buenos para el gobierno de Coahuila; una especie de años dorados, lo que no ha sido lo mismo para sus habitantes, con la excepción de una minoría, que logró incrementar sus ingresos, lo que nos permite decir que la crisis nunca le llegó a esta administración, como lo muestran los números, y si bien se han tenido logros importantes en la obra pública, también se disparó de manera significativa el gasto corriente, y en particular, las erogaciones por concepto de nóminas.
Ante este incremento sustancial en los fondos en manos de los servidores públicos, lo ideal hubiese sido contar con mejores sistemas de control del gasto, sin embargo, la información disponible hasta el momento no parece ir en este sentido, y me refiero al caso concreto de las finanzas municipales, pues existe un rezago de cuatro años-- los mismos que tiene de creada la Auditoría Superior del Estado (ASE)-- en materia de dictaminaciones y sanciones para no pocos funcionarios municipales, cuyas cuentas no han sido debidamente aclaradas. De igual forma, en materia de observaciones pendientes de solventar, el monto acumulado de las mismas para los años 2008 y 2009 asciende a 1,640 millones de pesos, que es una cantidad muy elevada, y que esperamos no se trate de malversaciones o malos manejos, sino de meras faltas administrativas que puedan ser subsanadas.
Aquí el problema de fondo, es que la ASE no cuenta con las facultades ni la autoridad legal suficientes para ejercer a cabalidad su relevante función, ya que es un órgano subordinado al Congreso local, donde vienen ocupando una curul, precisamente algunos de los ex alcaldes que dejaron las cuentas no del todo transparentes, y que han sido premiados con promociones, como es el caso reciente de Pablo González, ex presidente municipal de Monclova, y ex diputado local, que ahora funge como secretario de turismo.
A la par de los cuantiosos recursos recibidos a lo largo del sexenio, y luego de arrancar con deuda cero, se han venido generando pasivos financieros, que de acuerdo a declaraciones del ex secretario de finanzas, y hoy titular del SATEC, ascienden a 7,500 millones de pesos, aunque no se tiene la seguridad que este sea el total definitivo, pues habría que tomar en cuenta el renglón de proveedores, ya que de existir cuentas por pagar por dicho concepto, y de no están incluidas en la cifra dada a conocer por Villarreal, entonces el monto de los pasivos sería mayor.
Finalmente, no deja de llamar la atención el hecho de que, a medida que se fueron canalizando más recursos presupuestales hacia Coahuila durante estos últimos seis años, en esa medida, subieron de tono también las críticas y reclamos a la federación por la clase política comarcana y sus corifeos, aunque los fríos números dicen otra cosa.

Redondeo. “Sólo tengo una superstición. Me aseguro de pisar todas las almohadillas cuando bateo un cuadrangular.” Babe Ruth.

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