sábado, 31 de enero de 2009

Coahuila: Balance del TLCAN

Alejandro Dávila Flores.

En materia de crecimiento económico, productividad y generación de empleo, después de la apertura comercial la economía de Coahuila mostró mejor desempeño que la economía mexicana en su conjunto. Sin embargo, la expansión del PIB sigue siendo inferior a la observada en las décadas de los años sesenta y setenta y, más importante aún, está por debajo del potencial de crecimiento asociado a los recursos disponibles. Se estima que la producción debería crecer a tasas superiores al seis por ciento anual.
Los patrones de especialización productiva del estado no se modificaron como consecuencia de la integración al mercado internacional, pero sí se profundizaron, especialmente en el sector industrial. Así ocurrió con las industrias; automotriz, metalmecánica, manufacturera de productos de minerales no metálicos, minera y de generación de energía eléctrica. El posicionamiento relativo de las industrias metálicas básicas disminuyó ligeramente, pero sigue siendo el más elevado de la entidad.
La economía de Coahuila ha logrado conformar cadenas productivas articuladas, las cuales, si bien se han debilitado, aún hoy día constituyen una de sus principales fortalezas. Sin embargo, la profundización en los perfiles de especialización productiva ha elevado los niveles de volatilidad del crecimiento económico en el estado.
Durante la era del TLCAN, con excepción de la generación de energía eléctrica, el resto de los sectores con fuerte presencia en Coahuila observaron un desempeño competitivo positivo, pero con tendencia decreciente. Los mayores niveles de productividad han reducido la capacidad de generación de empleo asociada al crecimiento económico. En algunas industrias estratégicas, como la automotriz, se registraron periodos de aumento en la producción con reducción neta en el empleo generado.
El problema del empleo se agudizará rápidamente a medida que se recrudezca la recesión económica en curso, pues a la pérdida neta de fuentes de trabajo se yuxtaponen importantes cambios demográficos y sociales (una estructura de población en la cual ganan importancia las cohortes en edad de trabajar y en la cual participan con mayor intensidad las mujeres, los jóvenes y los adultos mayores en la población económicamente activa).
Con la liberalización del comercio exterior de la economía mexicana, el mercado externo, particularmente el de los EUA, se convirtió en el principal destino de la producción generada por la economía de Coahuila. Como resultado de esta mayor articulación, la economía coahuilense reproduce, de manera amplificada, el ciclo de los negocios allende el Bravo. Se estima que cada punto porcentual de variación en el PIB de la economía de los EUA, ya sea positivo o negativo, genera un impacto del 1.4 por ciento en el PIB estatal.
También en el sector terciario de la economía coahuilense ocurrieron transformaciones relevantes. Este sector es el de mayor aporte absoluto al PIB estatal (54.4 por ciento del total en el 2006).
Los servicios profesionales, de limpieza y el comercio al por mayor se beneficiaron del avance en las prácticas de subcontratación. Por su parte, la demanda de los servicios de transporte, almacenamiento y telecomunicaciones, se fortaleció con el dinamismo de las exportaciones.
Con niveles salariales por encima del promedio, el aumento en el empleo vinculado a las actividades exportadoras también contribuyó a la ampliación de la demanda efectiva. Este factor, combinado con las mayores exigencias en el mercado laboral, propulsó la dinámica de los servicios educativos.
Otro tanto ocurrió con las gasolineras cuya expansión se benefició no solo del aumento en la capacidad de compra de los consumidores locales, sino de la progresión del parque vehicular y de un nuevo marco normativo en la asignación de concesiones de estaciones de servicios a los particulares.
De igual forma, varios segmentos del comercio al por menor experimentaron una gran transformación: En paralelo al incremento en el poder adquisitivo de los consumidores, en pocos años desaparecieron múltiples establecimientos medianos y pequeños, buena parte de los cuales operaban en la economía informal. Estos fueron reemplazados por grandes cadenas nacionales e internacionales en los ramos de tiendas de autoservicio, supermercados, tiendas de conveniencia y departamentales. La modernización de la oferta en el sector, tuvo la ventaja de captar un mayor porcentaje del gasto de los consumidores del estado en los propios mercados locales, especialmente en Saltillo, cuyos habitantes empezaron a adquirir en la capital de Coahuila bienes y servicios que anteriormente se adquirían mayoritariamente en Monterrey (especialmente muebles para el hogar, electrodomésticos, ropa y alimentos). El costo ha sido el desplazamiento de los actores locales de la propiedad de esos negocios.

adavila_mx@yahoo.com.mx

No hay comentarios:

Publicar un comentario