miércoles, 21 de enero de 2009

NO TODO LO QUE BRILLA ES ORO









María Isabel Reyna

Estuve fuera de circulación unos días. Tras la muerte de mi papá, tuve que hacer un paréntesis para viajar a cumplir mi último deber de hija: depositar sus cenizas en donde reposan las de mi madre, en una iglesia de la ciudad de México.
El reencuentro con familiares y amigos en tan triste encomienda, fueron un bálsamo para mi alma y un impulso para empezar la siguiente etapa de mi vida. Ahí comprobé que la distancia no merma el cariño y la amistad cuando éstos son verdaderos. El abrazo filial es la mejor cura para el sentimientote orfandad que, ahora lo se, no disminuye con la edad. La pérdida de un padre es muy dolorosa, sin importar la edad que se tenga.
Y en la ciudad de México también pude comprobar que el tamaño de una ciudad no siempre es comparable al grado de desarrollo de su infraestructura. Tengo que decirlo: la Ciudad de México es un caos total. Algunos le echan la culpa de todo al regente de la ciudad Marcelo Ebrard a quien llaman despectivamente “El Marcelo”, como si de él dependiera la solución a todos los problemas. “Su afán de construir puentes por todos lados tiene la ciudad echa un caos” me dijeron y no pude menos que recordar mi lugar de procedencia. Y me di cuenta de que la gran capital de todos los mexicanos y la norteña capital del estado de Coahuila tienen más cosas en común de lo que pareciera a primera vista.
Por un lado el caos vial debido en parte a la mala planeación en la ejecución de las obras. Por supuesto que el caos vial del DF no tiene comparación, me atrevería a decir que con ninguna ciudad del mundo. El crecimiento desmedido de la ciudad y la falta de un sistema de transporte colectivo eficiente obliga a los capitalinos a usar sus automóviles que se apeñuscan en un gran muégano a todas horas y por todos lados.
Por otro lado, la parte más moderna y desarrollada de la ciudad tiene graves problemas de origen. Me refiero a la zona VIP de Santa Fé, ubicada en las barrancas destinadas antiguamente a los tiraderos de basura y donde desde hace algunos años han surgido los más grandes y elegantes edificios de oficinas, centros comerciales y torres residenciales de lujo. La moderna zona carece, como toda la ciudad, de vialidades planeadas, la hora de la comida es una pesadilla vial. Y por si fuera poco, me enteré por el periódico que no cuenta con un sistema de drenaje adecuado. La planta tratadora de aguas negras no ha empezado a funcionar y éstas se vierten a cielo abierto en unas barrancas vecinas. No todo lo que brilla es oro.

HIJO DE TIGRE…Esperamos que al nuevo titular de CEAS Fausto Destenave Kuri, se le haya pegado algo de la sabiduría de su padre en materia de agua. Don Fausto Destenave Mejía es un reconocido experto en esa materia. Ojalá que el funcionario tenga al menos el buen tino de consultar con su padre algunas de las decisiones que ahora estarán bajo su autoridad.

1 comentario:

  1. Bienvenida a la tierra del sarape. Muy acertado tu artículo, con una excepción, donde mencionas al DeFectuoso como "la gran capital de todos los mexicanos"... será la capital del país, pero ni "gran" ni de los mexicanos.

    : )

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